martes, 2 de marzo de 2010

1.Situación económica

FUE MAS DIFICIL OBTENER RECURSOS QUE CONTRAER DEUDAS
En el periodo que siguió a la Guerra de Independencia, la situación económica resultaba tan difícil como la política. México era un país que vendía materias primas, como los metales y algunos cultivos, y compraba productos manufacturados. Pero los recursos no eran suficientes para sostenerse en esa posición. También se habían roto lazos de comunicación en el territorio y no era posible que el Estado solucionara el cobro de impuestos, de tal modo que los gastos del propio gobierno no podían cubrirse. Los recursos que se conseguían en las aduanas se empleaban en pagos a los militares y empleados públicos, pero como no se organizaba debidamente el sistema fiscal tuvieron que admitir el apoyo de los extranjeros. En vista de que la Hacienda pública estaba prácticamente vacía, se tuvo que acudir a los préstamos pero el país se convirtió en una situación de endeudamiento.

BILLETES EN LUGAR DE MONEDAS
El gobierno de Agustín de Iturbide, presento una situación en materia política muy complicada pero aun más en lo económico con motivo de la guerra la producción agrícola y minera había descendido, y para contrarrestar los efectos de la falta de circulación monetaria se decidió la emisión de papel moneda por un valor de cuatro millones de pesos. La medida fue un fracaso pues poco después se cancelo. Por varias décadas circulo papel moneda solamente con respaldo local, pues al no existir instituciones bancarias se confiaba solo en la honestidad de los particulares cuando llevaban a cabo las transacciones comerciales. Años más tarde, en 1879, instituciones como el Monte de Piedad y después el Banco Nacional de México fueron autorizadas a emitir billetes que serían los únicos admitidos en las oficinas recaudadoras de la federación. En el ámbito regional, también surgieron bancos en Chihuahua, Durango, Zacatecas y Nuevo León; los billetes que emitían no podían circular fuera de sus jurisdicciones pero, indudablemente estas instituciones dieron un gran respaldo a la expansión del comercio, la industria y la minería.

LAS INVERSIONES LLEGARON DE FUERA
Hombres de negocios de distintos países encontraron en México una oportunidad para las inversiones principalmente en la capital. Sin embargo la situación político-militar no fue propicia para que se diera un intercambio militar, ellos aprovechaban la protección a las actividades comerciales para sacar su propia ganancia.

¿ERA LIBRE EL COMERCIO EN EL SIGLO XIX?
Impulsar el comercio fue una aspiración de muchos mexicanos especialmente los gobiernos liberales aplicaron medidas para fomentarlo. Durante décadas perduro el carácter local y regional del intercambio y el interés por acumular las ganancias en lugar de invertirlas para incrementar la circulación de los productos. La institución que mantenía a los trabajadores del campo endeudados con el dueño de la hacienda, pues en lugar de pagarles con dinero lo hacían con aquello que les resultaba indispensable para la subsistencia que siempre era más de lo que podían pagar con sus salarios, ese tipo de costumbres impedían que más personas participaran en la economía comercial. El comercio exterior tampoco fue muy favorable durante buena parte del siglo. Poco a poco, se fueron abriendo más comercios, muchos de ellos estaban en manos de extranjeros.

DE TODOS MODOS FALTABAN RECURSOS
Aunque las inversiones y el fortalecimiento de mercados produjeron circulación de dinero, no logro resolver a corto plazo el problema de hacienda pública. Morelos quiso aligerar las cargas que implicaba el pago de tributos; e Iturbide también eliminó, entre otros impuestos, los de la venta de productos, con la finalidad de disminuir el descontento de los aristócratas después de la Independencia. Sin embargo, muy pronto tuvo que solicitar un préstamo al Tribunal Mercantil del Consulado, es decir, a los comerciantes que junto con algunos productores fueron los más beneficiados porque al no pagar impuestos incrementaron sus utilidades.
LOS BIENES DE LA IGLESIA DEBIAN CAMBIAR DE DUEÑO
Desde 1849 el poder civil ya no presionaba para que se pagara el diezmo y al recibir menos ingresos, la iglesia también dejo de prestar dinero al gobierno. El único recurso para llevar más fondos consistió en despojar a las corporaciones de sus propiedades en especial a la Iglesia y a comunidades que no producían y ponerlas en venta. Se produjo un cambio de propietarios y se incorporaron nuevos sectores a la actividad económica, pero la situación no se resolvió inmediatamente. La reducción del ejército, la reorganización de pagos y la planeación del presupuesto ayudaron a las finanzas. Otras medidas como traer inversionistas y colonos para extender las redes de comunicación. El establecimiento de finanzas duro aproximadamente veinte años y en 1875 mejoro la situación.
LA MINERIA, LA AGRICULTURA Y LA INDUSTRIA NECESITABAN IMPULSO
La reactivación del trabajo en las minas se daría sobretodo en la última parte del siglo XIX, Un momento en que el crecimiento de la industria exigiera que además de oro y plata se extrajera cobre, mercurio, plomo y zinc. En materia de agricultura tiene que ver con la suerte de los cultivos en diferentes zonas. Una diferencia fue entre los campesinos productores de cultivos y los propietarios de tierras dedicadas al comercio. Los lugares con mayor población producían mas cereales y la caña de azúcar se cultivaba en Morelos en cambio la grana de cochinilla, el añil, el palo de tinte, la vainilla y el café se encontraban principalmente en los estados el sur. En el norte se concentraba el ganado. Lucas Alamán y Esteban de Antuñano se caracterizaban por la industria textil y con el fin de apoyarla crearon el Banco Avío que duro muy poco tiempo desde 1830 a 1842.

APOYAR EL COMERCIO EXIGIA ABRIR RUTAS DE COMUNICACIÓN
En general, el problema de la comunicación fue un gran obstáculo a vencer durante más de medio siglo, aunque algunos espacios del territorio buscaron formas de entrar en contacto con los países vecinos para aprovechar las ventajas de la liberación del comercio. Ese intercambio comercial del cual esperaban prosperidad los liberales no se lograba en todo el país. Un proyecto para resolver esa situación era unir el puerto de Veracruz y la Cuidad de México por medio del ferrocarril. Así, el gobierno de Benito Juárez no dudó en aceptar el contrato hecho entre el Imperio de Maximiliano y los inversionistas estadounidenses para proceder a su construcción o aunque la línea que los uniría estuvo lista hasta 1872, durante el Porfirito la red de ferrocarriles creció en forma acelerada y todas las ciudades de más de 25,000 habitantes tuvieron acceso a este medio de comunicación.

LAS REGIONES Y LOS PAISAJES TAMBIEN CAMBIABAN CON EL SIGLO
En el aspecto administrativo, la delimitación no cambio demasiado cuando se impulso el sistema federal, pues se aprovecho la existencia de la división en intendencias y gobiernos, y se convirtió en estados. Solo se crearon Querétaro y Tabasco como dos estados más; Las dos California, Nuevo México y Tlaxcala fueron considerados territorios federales; es decir, no se gobernaban como los estados sino que dependían del gobierno de la Federación. Sin embargo lo que si fue cambiando fue la fisonomía de esas regiones. Los puertos y las ciudades comerciales también atrajeron población. En las poblaciones de la frontera Norte tuvo repercusiones la rápida expansión de Estados Unidos de América hacia el Oeste, sobre todo a la mitad del siglo. Se abrió una ruta que iba de Nuevo México y California a Texas, por lo que muchos sitios de toda esa región fueron ocupados por estadounidenses.

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